La escena rave en USA: el techno de Nueva York
Nueva York, una de las capitales de la musica electrónica de baile, no fue ajena a la explosión techno/rave de los primeros años 90.


El Summer of love británico (1988-89) tuvo una gran repercusión en la Gran Manzana.
A finales de los años 80 desde Brooklyn, Nueva York, el joven Frank Mitchell producía bajo diferentes pseudónimos temas de corte house a la europea como «Just as long as I got you», un sencillo publicado como Looney Tunes junto al también DJ Lenny Dee y firmando como Frankie «Bones».
Maravillado por un Londres en los albores de la explosión rave, y tras consumir su primera pastilla de éxtasis, Frank Mitchell tomó la decisión de introducir a su vuelta toda esa incipiente cultura en la escena neoyorquina más underground.
Frankie Bones
Frank Mitchell, Frankie Bones, es considerado el Padrino del rave norteamericano, uno de sus pioneros.
Junto a su hermano, el también DJ y productor techno Adam «X» Mitchell, organizó desde 1991 las legendarias «Storm raves», fiestas que sirvieron de trampolín a muchos nuevos talentos para dar el salto a la fama internacional. Y los éxitos no tardaron en llegar.
En los primeros 90 Frankie Bones firmó junto al también productor neoyorquino Tommy Musto temas proto-rave como «All I want is to get away» (un éxito en el Reino Unido) o «The future is ours», que con sus breakbeats houseros marcaron una senda a seguir.
Pero una de sus producciones más sonadas es «My house is your house (And your house is mine)», firmada como The Break Boys y que se convirtió en 1991 en el himno oficioso del Love Parade berlinés.
Frankie Bones será siempre recordado también por iniciar y extender el movimiento PLUR, acrónimo de Peace, Love, Unity & Respect (paz, amor, unión y respeto). Un movimiento heredero del Peace, Love, Unity del acid house de finales de los 80.
Empezó «chiquito», pero en esos primeros 90 la escena que creó Frankie Bones consiguió ponerse en la vanguardia dance neoyorquina.
Joey Beltram
Desde el barrio de Queens, Joey Beltram se convertiría en uno de los productores neoyorquinos más respetados a nivel mundial. Un genio de la música electrónica.
Deslumbraba en 1990 con «Energy flash», un tema netamente techno que marcó un hito en el ascenso de la toda cultura rave, desde Nueva York a Berlín.
En 1991 el revolucionario «Mentasm», publicado como Second Phase, se convirtió en un himno icónico del rave, y el primero que usaba el hoover, el que sería emblemático sonido del techno de los primeros 90.
También en 1991 y en el prestigioso sello techno belga R&S Records, Beltram publicaba el EP Beltram Volume 2, en el que está incluido «My sound», otro de sus clásicos.
La música de Joey Beltram, amén de innovadora, resultó clave en el desarrollo posterior de la música electrónica de baile más underground. Su techno fue visionario, anticipando por ejemplo el big beat de The Chemical Brothers («Psycho bass», 1990) o el jungle («Fuck all you mother fuckers», 1991).
No es de extrañar que Joey Beltram sea uno de esos grandes maestros que los franceses Daft Punk citan en su tema de 1997 «Teachers», incluido en su álbum de debut Homework.
Moby
A finales de los años 80 Richard Melville Hall era un joven DJ nacido en Harlem fanático del acid house británico, publicando sus primeros sencillos bajo diferentes alias: Voodoo Child, Barracuda, UHF, Brainstorm…
En 1991 y como Moby publicaba el sencillo «Go», un remix de un tema anterior suyo y que incorpora un sample de «Laura Palmer’s theme», original de Angelo Badalamenti y banda sonora de la serie de televisión Twin Peaks.
«Go» se convertiría en el mayor éxito comercial del rave neoyorquino y le seguiría un primer álbum que con temas como «Drop a beat» o «Next is the E (I feel it)» se convertiría en un pequeño clásico del género.
Tras el experimental largo Ambient, Moby cambia de discográfica y se estrena en el sello discográfico Mute en 1993 con Move, un eufórico EP en el que brillan los sonidos rave de «Move (You make me feel so good)».
En 1994 en el álbum Everything is wrong Moby coquetea con otros estilos, como el trance («Hymn»), el eurodance («Everytime you touch me») o el downtempo («Into the blue») pero sin olvidarse de sus orígenes en el muy rave «Feeling so real».
Moby iría abandonando poco a poco los postulados rave, practicando una electrónica más tranquila. Los 90 culminarían para él con el álbum Play (1999), su mayor éxito comercial con clásicos del mainstream como «Honey» o «Porcelain».
Josh Wink
Aunque originario de Filadelfia, no podemos terminar este paseo por el rave de la costa este norteamericana sin hablar de Joshua Winkelmann, Josh Wink.
Este DJ y productor se estrenaba en 1990 como E-Culture con el pequeño clásico del house «Tribal confusion», todo un hit en el underground neoyorquino.
El ecléctico estilo de Josh Wink incorpora sonidos del house y del techno, a los que añade breakbeats y mucha vanguardia, lo que le llevó a ser uno de los primeros productores en conseguir trasladar su música de los clubes al mainstream.
Así, en 1995 alcanzaba el éxito mundial con temas como «I’m ready» (publicado como Size 9), «Don’t laugh» (Winx) y sobre todo, «Higher state of consciousness» (Wink).
«Higher state of consciousness» es un adictivo cóctel en el que se mezcla acid house, breakbeats y hard house. Un auténtico clásico del rave y de la música electrónica en general.
Los Club Kids
No podemos terminar este recorrido por el Nueva York más techno en los años 90 sin mencionar a esos jóvenes que epataban cada vez que asistían a clubes como NASA o Limelight.
Con una indumentaria altamente elaborada y grandes dosis de maquillaje, los club kids copaban portadas de revistas, campañas de moda y vídeos musicales. Incluso salían en la televisión de la época.
Se les criticaba por sus dudosos gustos estéticos, su superficialidad o capacidad de manipular, pero los club kids eran unos fiesteros que, con su participación, dieron vida (y cómo) a toda la escena.
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A pesar del empuje de la escena rave, será la música house la que marque el ritmo de las noches neoyorquinas en los años 90: su Edad de Oro. Pero eso lo veremos en otro capítulo de nuestra Historia de la música electrónica de baile.
Continuará.
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