Italo Dream House, el house italiano más sofisticado (1989-1994)
Recordamos el Dream House italiano, un subgénero que brilló en los primeros 90 y que aún hoy sigue siendo referencia de muchos productores.
En 1989 (el mismo año en el que el italo house se hacía mayor con Black Box y su número uno «Ride on time») otro colectivo de italianos (Andrea Gemolotto, Claudio Collino, Davide Rizzatti y Riccardo Persi) publicaban como Sueño Latino el sencillo «Sueño latino».
Un tema con el mismo espíritu festivo pero con una atmósfera ensoñadora y sensual.
Ese mismo año parte del equipo y como Morenas lo intentaba con «Hazme soñar», otra pieza de house ambiental que no llegó a los estándares de «Sueño latino», un acontecimiento en la Ibiza de la época con el que nacía lo que se conoce como dream house italiano.
Un subgénero que brilló en los primeros años 90 y que, aunque no recibió el favor del público, ha sido y sigue siendo referencia de muchos productores.
En los 90 el house en Italia (a diferencia de otros países) se mantuvo fiel a las raíces norteamericanas del género, aunque alejándose tremendamente de la combatividad y empoderamiento que buscaban los sonidos de Chicago.
El dream house era un house de ritmos relajados y sensuales, festivo y optimista.
Su lema era «bailar y pasarlo bien», muy en la línea del espíritu del garage house que triunfaba a mediados de los 80 en las pistas de baile del Paradise Garage de la mano de su pope el gran Larry Levan.
Pero a la vez evocaba también sonidos contemporáneos, en particular los aires jazz del house que se hacía en New Jersey o, desde Chicago, el maestro Larry Heard y su house profundo y relajado.
Pero el dream house italiano sonaba totalmente diferente: su sentimiento es de evasión, de ritmos relajados y despreocupados.
Una mezcla perfecta de deep house y atmósfera balearic.
Sus producciones eran lujosas y brillantes, llenas de agradables bajos, percusiones relajadas, ricos acordes…
Música que evocaba la edad de oro de Chicago pero con una lujosa pátina mediterránea.
Temas que llegaban a clubes tan selectos como The Haçienda, abriendo con estos sonidos gran parte de las noches. Como este temazo del proyecto Shafty ttulado «Deep inside (of you)».
Un auténtico clásico que no hace más que, como el buen vino, mejorar con los años.
Don Carlos «Alone»
Una de las cumbres del dream house italiano fue «Alone», de Don Carlos aka el DJ y productor Carlo Troja. Un tema que pasó por numerosos despachos de sellos discográficos. Y aunque gustaba, los ejecutivos se quejaban de la ausencia de parte vocal o samples en la línea del italo house y lo acaban rechazando.
Pero el italiano no cejó y siguió buscando. La suerte llamó a su puerta en la forma de Irma Records, el sello que se lo publicó en 1991 tal y como lo había concebido. Muy poco después el tema subía en listas y entraba en los sets de monstruos del house de la talla de Tony Humphries y Frankie Knuckles.
Con un piano gigantesco y su ritmo progresivo e hipnótico, «Alone» representa el paradigma del deep house italiano, una auténtica obra maestra de la electrónica de baile. ¡Pura vida!
El lado más comercial del italo no fue ajeno a estos sonidos, dejándonos ejemplos como el himno «Last rhythm» de los ídem y «Shock the beat», el clásico del italiano Eddy Milani como Electric Choc y su infeccioso riff de piano.
En el dream house italiano (a diferencia de su hermano más comercial) apenas hay parte vocal.
Una excepción fue «I need you», un sencillo del año 1991 del proyecto Nikita Warren con un piano sampleado hasta la saciedad.
Con el rave en pleno apogeo, con los 90 mucha de la música electrónica de baile que se hacía en el Reino Unido y en Europa se estaba «acelerando», endureciendo.
Aún así, estos productores siguieron creando durante algún tiempo más maravillosos temas cálidos y llenos de matices y color.
Pocas veces un estilo ha encarnado mejor el positivismo de una época como el dream house.
Y aunque desapareció sobre 1994, sus producciones han tenido una buena influencia en estilos posteriores como el trance o el progressive house.
Hoy en día muchos de estos viejos vinilos son auténticas piezas de coleccionismo.
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