Leyendas de la música electrónica de baile: Clivillés & Cole

Vamos a recordar a dos tipos que removieron a finales de los 80 y principios de los 90 los cimientos de la música electrónica de baile.

El dúo de productores, compositores y remixers norteamericanos Robert Manuel Clivillés y David Bryon Cole consiguieron llevar los sonidos de los clubes a las radios, obteniendo fama mundial con sus producciones para artistas de la talla de Mariah Carey, Whitney Houston o Donna Summer.

Su mayor éxito vendría con C+C Music Factory, con el que dominaron los charts en los primeros 90. Una carrera de éxito que se vería tristemente truncada por la desgraciada desaparición de David Cole en 1995 😔

Una de las canciones más exitosas de la historia (16 semanas, 16, número uno en USA), el sencillo de Mariah Carey junto a Boyz II Men «One sweet day», fue compuesto en su memoria y honor.

¡Descansa en paz, David!

Los inicios: primeras producciones y remixes

Unos asiduos de la noche neoyorquina desde los últimos 70, David Cole, un talentoso teclista, y Robert Clivillés, DJ, se conocieron a mediados de los años 80 en un club y más pronto que tarde decidieron colaborar juntos.

Así en 1987 aparecía su primera producción original, el tema «Do it properly», bajo el alias 2 Puerto Ricans, a Blackman and a Dominican. Un tema con el que contaron con la colaboración de otros dos jóvenes valores en ese momento: David Morales y Jose «Chep» Nuñez.

Esta pequeña obra maestra, muy influenciada por el house que venía de Chicago, se convirtió en un pequeño éxito en el underground y les sirvió para que avispados ejecutivos de grandes sellos discográficos vislumbraran el potencial del dúo.

Así Clivillés & Cole se estrenan para una grande con un remix del sencillo de una de las mayores estrellas de esos años: la norteamericana Debbie Gibbson y su «Staying together». Una versión extendida del original aunque con un toque muy personal al que pronto le siguieron más trabajos.

En 1988 y como Seduction, el dúo publicaba «Seduction», un tema que con un potente bajo, «redobles» y palmadas ayudó a dar forma al primer house neoyorquino.

Aunque meses después llegaría otro sencillo, «(You’re my one and only) True love», un clásico en las noche del legendario The Haçienda de Manchester (y su primera y no reconocida en los créditos colaboración con Martha Wash) más abajo veremos que Seduction se convertiría en otra cosa.

En 1988 se destapaban con un remix del tema de Natalie Cole «Pink cadillac». Un remix en el que, a diferencia de las versiones extendidas, sólo mantenían la voz de la norteamericana sobre una base house.

Pioneros pues del remix house, a finales de década eran ya numerosos los ejemplos de su arte.

Destacamos «Useless (House Mix)» para Kym Mazelle, «Imagination (Clivillés & Cole Mix)» para Steven Dante en 1988, o estos dos buenos ejemplos de lo que es un remix house de finales de los 80: para las divas Grace Jones y «Love on top of love» y Donna Summer y «Love’s about to change my heart».

Remixers mainstream

En 1990 fueron contratados para reelaborar algunos temas del álbum No more games de la exitosa boyband New Kids On The Block para otro álbum de remixes de No more games. Con gran acogida, ya que desde el R&B gamberro de «Games» hasta el house desbocado de «Step by step» y «Call it what you want» tuvieron presencia en listas.

Los resultados fueron tan satisfactorios que a Clivillés & Coles se los rifaban entre los artistas más mainstream del momento: Mariah Carey, Whitney Houston, Aretha Franklin… Siempre ofreciendo remixes de larga duración y gran producción.

O uno de sus remixes más conocidos, el que le hicieron en 1991 a Michael Jackson para su hitazo «Black or white». Un prodigio de imaginación a la hora de reinventar un tema.

C+C Music Factory

En 1989 Clivillés & Cole fundaban su proyecto colaborativo más exitoso: C+C Music Factory. Y no, el nombre no deriva de las primeras letras de sus apellidos, sino de su helado favorito: «cookies & cream», galletas y nata 🍦

Poco después impactaban con «Gonna make you sweat (Everybody dance now)», un primer sencillo que llegó al número uno en medio mundo y que contaba con la colaboración de la gran Martha Wash (de nuevo no reconocida) y el rapero Freedom Williams. Un clásico inolvidable de la música electrónica de baile.

Ese mismo año publicaban su primer álbum, Gonna make you sweat, y dos nuevos sencillos, «Here we go (Let’s rock & roll)» y «Things that make you go hmmm…», que consiguieron ser otros dos pelotazos.

Como curiosidad, uno de los temas de culto del álbum es el que lo cierra, sin título y de un house sucio y profundo muy en la línea de las Red Zone Mixes de David Morales.

Para el último sencillo del álbum publicaban un autoremix de «Just a touch of love», uno de sus temas más energéticos.

En 1992 y para la banda sonora de la famosa serie Buffy, cazavampiros, publican el energético «Keep it comin’ (Dance till you can’t dance no more!)», y dos años después un segundo álbum, Anything goes!, un largo algo más relajado que el anterior y con primer sencillo con mucho flow: «Do you wanna get funky».

El álbum no tuvo la misma repercusión que el primero, aun conteniendo grandes temas, como «I found love» y «Bounce to the beat (Can you dig it)».

O «Robi-Rob’s boriqua anthem”, house latino homenaje a todos los neoyorquinos de orígenes portorriqueños y que cuenta con la colaboración de Edgardo Armando Franco, El General.

Un temazo ¡Ya tú sabes!

Otros proyectos

Paralelamente, unos incansables Clivillés y Cole se atrevían en 1991 con una versión en clave house de «Pride (In the name of love)», el clásico de la banda irlandesa U2.

Aunque lo que verdaderamente llamó la atención fue su cara B, «A deeper love», con la potente voz de Deborah Cooper.

En 1992 y para la banda sonora de The bodyguard, el dúo se inventó el alias The S.O.U.L. S.Y.S.T.E.M. con el que produjeron el tema «It’s gonna be a lovely day», transformando el clásico de Bill Wither en un temazo que navega entre el house y el hip hop más consciente.

Clivillés & Cole, productores

En 1990 y tras el éxito de Seduction (su mayor éxito hasta ese momento), el dúo sopesó posibilidades y reconvertía el proyecto en un trío de chicas formado por Michelle Visage, April Harris y Idalis Leon. Adoptando el freestyle y el new jack swing tan de moda en esos años consiguieron un buen éxito con el sencillo «Two to make it right».

El talento y la creatividad de Clivillés y Cole hizo que no tardaran en producir para otros temas de corte R&B muy cercano al dance pop, como «Love on top of love (Killer kiss)» para Grace Jones (1989), «Coloured kisses» para Martika (1991), «Can’t get enough of your love» para Taylor Dayne (1993) o «Let the beat hit ‘em», el gran éxito de 1991 de la banda freestyle Lisa Lisa & Cult Jam.

Su cumbre como productores llegaría en 1991 con el segundo álbum de Mariah Carey, en el que son responsables, entre otros, del tema que le da título, «Emotions», y el que fue tercer sencillo, «Make it happen».

Un año después lo petaban con la versión que produjeron del «I’m every woman» de Chaka Khan para otra diva, Whitney Houston, canción incluida en la banda sonora de The bodyguard.

También produjeron temas para dos viejas y grandes glorias del soul: en 1992 el muy rítmico (y muy C+C Music Factory) «Can’t get any harder» para The Godfather of Soul James Brown.

Y en 1993 para The Queen of Soul Aretha Franklin, que utilizó como sencillo presentación de su colección Greatest hits (1980–1994) una rendición del tema del dúo «A deeper love».

Una de sus últimas producciones fue para la gran Donna Summer: el tema «Melody of love (Wanna be loved)», otro sencillo para otro recopilatorio, Endless Summer: Donna Summer’s greatest hits, del año 1994. Y otro número uno en listas de baile.

En 1995 Clivillés y Cole acumulaban entre remixes y producciones originales una ingente cantidad de números uno dance. Y en 1995 David Cole fallecía, truncando la que podría haber sido una larga carrera trufada de éxitos.

Robert Clivillés ha seguido su carrera en solitario, e incluso en 2010 resucitaba C+C Music Factory junto a Eric Kupper, pero la magia ya no fue lo misma. Faltaban los teclados mágicos de David Cole. Aunque siempre nos quedará su música.

C&C forever!